martes, 30 de diciembre de 2008

Feliz 2009



Amigos que me honran con su amistad y sus buenos deseos, amigos que de alguna forma hemos mantenido parte de este año un contacto, una palabra alentadora, un mensaje, amigos con los que he compartido una fiesta, una cerveza, o simplemente una conversación por el chat… muchas gracias por compartir parte de su tiempo conmigo… muchas gracias por hacerme sentir su calidad humana y su gentileza… amigos, deseo que en este nuevo año que empieza lo festejen a su forma y agrado, con sus seres queridos y amigos, conocidos y desconocidos, los invito a que disfruten de cada momento y a aquellos que, como yo, tienen la dicha de pasar estas fiestas con su familia la aprovechen al máximo y aquellos que se encuentran lejos, cuando llegue las 12 y las copas se alcen para brindar cierren sus ojos y recuerden a cada ser querido, a cada persona importante en sus vidas, de esa manera lo sentirán cerca de sus corazones.

No olvidemos que cada día es un día que debemos disfrutar al máximo, no pensemos que sólo en estas fechas son para compartir y estar con las personas que amamos, amigos les deseo todo lo mejor del mundo en este año que esta por comenzar, que sea la continuidad de una vida feliz, llena de amor y servicio a los demás, y por sobre todo que nuestra amistad siga creciendo más y más…FELIZ AÑO NUEVO 2.009!!!

P.D: les dejo este videito con esta canción maravillosa que, espero toque sus corazones…

martes, 23 de diciembre de 2008

Un deseo de Paz y Amor...

La Navidad es la época más esperada del año. Significa reunión de familias, parientes y amigos. Época de celebración en la cual la mayoría de las personas se dan permiso de ser felices. La Navidad hace de diciembre un mes especial, un mes en el cual las personas se animan a soñar, a reír; otros se dan permiso de olvidar por un instante los problemas; es también una oportunidad para reflexionar.

Dentro de esta reflexión, pienso que la Navidad es de los niños, es a través de ellos que la vemos en su máximo esplendor. La ilusión del regalo, de los días fuera del colegio para poder jugar a plenitud, los olores como el de la flor de coco, viajar al interior para pasar con los parientes… Son los recuerdos imborrables de navidades distantes en el tiempo, pero tan cercanas acá adentro, ya saben adentro de aquí, del pecho. Como adulto la Navidad ahora es un tanto “diferente”, son otros niños los que han aparecido y que vienen empujándonos de forma indetenible; ahijados, primos y sobrinos.

La Navidad es de los niños y por un instante reflexiono, me quedo en silencio y pienso en todos aquellos niños que he visto y los que no, que pasarán una Navidad sin papá, o sin mamá, o sin ambos y sin todo lo demás. Más que deseos, doy gracias. A esa energía que nos envuelve por estos días, agradezco por mis recuerdos, por mis amigos, por mi familia que es maravillosa y por permitirme dar mi mejor aporte, ¡y disfrutarlos!, en todos los espacios de mi vida.

Aprovechemos la Navidad para bajar un poco el volumen del mundo exterior que nos rodea, y darle volumen a nuestro interior para escuchar nuestro YO interno que no nos pide regalos, ni comodidades materiales, sólo anhela paz, armonía y la dicha de tener el más maravilloso de los regalos: la VIDA; para que compartamos con todos el espíritu de la Navidad y construyamos para nosotros un nuevo año lleno de felicidad, retos, sueños y recordemos que todo lo que hagamos tendrá efectos también en los demás.

Es por ello que invitemos al “espíritu de la Navidad”, ese deseo de paz y amor que todos llevamos dentro, son mis más sinceros deseos de que todos pasen una muy FELIZ NAVIDAD y un BIENAVENTURADO AÑO 2009”.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Nuevamente Cerrando Círculos

Alguna vez he comentado lo que me gusta el texto de Paulo Coelho, “Cerrando Círculos”. Una verdad de vida tan impresionante, que apabulla y al mismo tiempo es como si descorrieran las cortinas y entraran raudales de luz y comprensión.

En nuestro afán de ser permanentes, de mantener nuestra hegemonía y no perder vigencia, nos aferramos con uñas y dientes a cosas, personas, circunstancias, tiempos... Sin darnos cuenta que hagamos lo que hagamos, el cambio nos llevará por delante si no nos convertimos en dúctiles juncos para movernos con el viento que sopla.

Después de que terminé mis estudios en un país extraño, pero en el que tenía amigos de mi misma nacionalidad y al sentir que los tendría que dejar, me quedó un tremendo vacío. Claro, los días que transcurrieron entre los dos momentos más importantes, mi arribo y partida de ese país, se fueron como agua entre los dedos. Las visitas, las llamadas, las salidas, los viajes planeados, las comidas compartidas, los recuerdos, las noticias, las sorpresas, los descubrimientos, las tristezas, las alegrías, finalmente la vida, nos dejó un cargamento de sentimientos que habríamos querido mantener apareciendo ante nuestros ojos, tocando nuestras pieles, sonando en nuestros oídos sin parar.

Pero había que cerrar círculos, había que cerrar puertas para abrir otras y el momento de separarnos llegó. No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. Y allá fueron ellos, hacia sus vidas de siempre, dejándome acá con la mía. Sin embargo, estoy segura, algo cambió en todos, dentro de nuestras mentes y corazones. Las experiencias compartidas no pasan en vano. Y es que la misma vida nos va preparando para los cambios definitivos, los que aunque no queramos habrán de presentarse. Los años que transcurren y se llevan la lozanía de nuestras pieles, la brillantez de nuestros cabellos, la firmeza de nuestras carnes. Y vamos quedando, sin siquiera darnos cuenta, como una deformación de nuestros veinte años, vistos claro, sólo por fuera.

Porque la vida bulle dentro de nosotros, en nuestras mentes y espíritus, siempre ávidos de conocimientos y "momentos". Los años se acumulan en nuestras arrugas, pesan en nuestras espaldas, enredan nuestros pies y vuelven torpes a nuestras manos, pero lo interior, lo intangible, cada día brilla más. De esa manera, vemos que las personas que amamos, con las que compartimos momentos inolvidables van cumpliendo sus metas, haciendo sus vidas, planeando una forma de vivir que, quizás, nosotros ya no estemos en esos planes. Y se van yendo, decía, muy a pesar nuestro esos momentos, esos amigos, esa personita especial para cada uno de nosotros.

El círculo de la vida que se cierra, irremisiblemente... Sin embargo, en otro círculo precioso, la vida que inicia, que mueve voluntades, el horizonte nuevo y compartido, las puertas que guardan sueños y anhelos, se abren y el amor se entroniza para formar nueva vida. Y así, hasta que transcurra y cierre nuevamente su ciclo. Y en el medio, nosotros, viendo que se nos van los que nos sustentaron, viendo que se inicia otras alegrías y que, probablemente, veamos a nuestros frutos dar, así mismo, más frutos para concretar y culminar nuestro propio círculo. Que ojalá nos sea permitido llegar a nuestro fin viendo felicidad y amor a nuestro lado, de la misma manera en que nosotros debiéramos prodigarlo a los que nos anteceden. Porque nada que no hayamos dado nos será dado.

Así es amigos, para muchos este ciclo se va cerrando, muchos ya culminamos nuestras carreras, y otros lo van haciendo de apoco, nuestro círculo se va cerrando, tal vez se abrirán otros mejores y volveremos a empezar con nuevos sueños y metas, o simplemente nos quedaremos con estos recuerdos vívidos, pero lo cierto es que la vida sigue y con ella nosotros.

Aprendamos a cerrar círculos, aunque nos cueste o no queramos hacerlo, pero siempre que una puerta se cierra se abren miles…es hora de seguir…

domingo, 14 de diciembre de 2008

¿Quién eres?

Cuando me preguntan ¿quién eres? usualmente digo: soy Ricardo, pero Ricardo es solo mi nombre. En realidad soy el resultado de una combinación de personas, o mejor dicho, soy el resultado del trabajo de muchas personas. Sí, así es. Día con día la gente que me rodea y que me apoya siempre está haciendo la persona que soy. Digo esto porque gracias a mis papás, mi hermana, mis primos, mis tíos, mis abuelos, profesores y mis amigos soy quien soy. Cada una de éstas personas ha dejado una huella en mí, por más mínima que sea, me ha ayudado a aprender algo, pensar de alguna forma diferente, explorar nuevas cosas, tener una visión diferente de las cosas. Por ejemplo: Mis papás desde chiquito me enseñaron a dar mis primeros pasos, me enseñaron como utilizar los cubiertos, como hablar con la gente, me enseñaron a saludar, me enseñaron valores y trataron de corregir mis defectos, me apoyaron cuando lo necesitaba, y lo que es más, me alentaron a estudiar. Así también lo han hecho mis tíos y mis abuelos. Mis amigos han sido el soporte para poder sobrellevar situaciones adversas y también me han aportado su granito de conocimiento en distintas áreas.
Hay gente que me ha enseñado a pensar, hay gente que me ha transmitido conocimientos técnicos y/o experiencias personales. Es por eso que pienso que "Ricardo" es la combinación de muchas personas.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Desagravios


Hay cosas en la vida que no se pueden echar atrás, pueden causar grandes heridas o destruir en un segundo lo que en mucho tiempo se quiso construir o cultivar…


La piedra lanzada que llega a golpear; la palabra dicha en un momento de enojo que logra herir, el paso mal dado que hace caer, el corazón destrozado, el papel roto en pedazos, la ficha mal movida que hizo perder la partida…


Hay quienes viven atormentados y no se perdonan los errores cometidos o el dolor que en algún momento pudieron haber ocasionado; lo que debía haberse hecho y no se hizo, las palabras que no fueron pronunciadas, el abrazo que nunca se dio, el golpe que quizás se lanzó, la hoja quemada; la vida destrozada o acabada, los vacíos que nunca se llenaron, el hambre y la sed que jamás consiguieron ser saciadas…


Cada segundo de vida no se repite, el tiempo no retrocede, no se puede borrar lo que pasó, por eso hay que pensar muy bien antes de actuar o de hablar.


Quizás suene pesimista esta realidad, pero no podemos ir por el mundo sin rumbo, sin tomar conciencia de lo que se dice y de los pasos que se dan; a veces es necesario caer para aprender a caminar, llegar a perder para lograr valorar…


Hay heridas que el ser humano no puede sanar, vacíos que no se alcanzan a llenar; solo el Amor de Dios tiene el poder de saciar, reconstruir y renovar, Él logra apreciar la belleza que nadie jamás vio, ofrecer un Amor restaurador, romper las cadenas que no se habían podido arrancar, borrar un pasado oscuro que la luz del presente no dejaba apreciar. Él abre los ojos de tantos que no ven, hace caminar a los que no lo saben hacer, sólo basta abandonarse en sus manos y ante todo creer.


No todo está perdido, siempre tendremos otra oportunidad, cada nuevo día es una puerta que se nos abre, para retomar las riendas del presente y avanzar. El amor de Dios es tan grande que todo lo perdona, no deja de confiar en sus criaturas, a nuestro lado siempre está. Él no nos abandona, somos nosotros los que a veces su mano soltamos. Él está siempre como Padre amoroso, esperando a que como hijo pródigo, regresemos al hogar.